Con arco y espada: Así mataba nazis en la Segunda Guerra Mundial el ‘loco Jack’
Pocas épocas de la historia han dado para tanto como la Segunda Guerra Mundial. Miles de soldados implicados, millones de muertos, el uso de técnicas de combate novedosas o la utilización por primera vez contra civiles de la bomba atómica.
De entre todos estos datos existen historias secundarias que nos hacen ver el conflicto desde otra perspectiva. Una de esas historias sorprendentes es la que protagonizó el Teniente coronel John Malcolm Thorpe Fleming «Jack» Churchill, apodado el ‘loco Jack’.
Espada y arco en la Segunda Guerra Mundial
El británico John Malcolm no fue un soldado más. Estudio en la Isla de Mann y sirvió en varios regimientos como el de Manchester. Antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial se dedicó a editar periódicos en Kenia, apareció en la película ‘El ladrón de Bagdad’ tocando la gaita en 1924 y representó a Gran Bretaña en el Campeonato Mundial de Arco de 1939 celebrado en Oslo.
Fue la invasión alemana a Polonia lo que hizo que el ‘loco Jack’ volviera al ejército británico para ayudar a las tropas. Asignado al regimiento de Manchester, las crónicas registraron una muerte de un oficial alemán por flecha.
Esta muerte fue luego puesta en entredicho por el propio Jack cuando afirmó que su arco se había roto poco antes de la batalla.
De lo que sí existe constancia -como se puede ver en la imagen de arriba- es que ‘loco Jack’ desembarcó y lanzó el ataque de sus tropas con su claymore en la mano.
Un aventurero
Las hazañas en el campo de batalla de Jack fueron legendarias en una vida marcada por la aventura y las ganas de servir al país de cualquier manera.
Participó en Dunkerque, después estuvo en Noruega donde se cuenta que tocó su gaita antes de lanzarse contra el enemigo alemán.
En Italia fue capaz de completar una misión arriesgada. Su país le pidió que apresara a un alto mando alemán. El ‘loco Jack’ cumplió con creces y apresó a 42 soldados alemanes que participaban en la Segunda Guerra Mundial.
Fue apresado en varias ocasiones por los nazis. En todas intentó escapar, después de estar en varios campos de concentración. Consiguió salir de uno de ellos en 1945 y unirse a un destacamento norteamericano que lo liberó.
Con la contienda casi llegando a su fin, fue enviado a Birmania para luchar contra las tropas japonesas. Acabó la guerra y quedó olvidado en la India.
Se retiró del ejército y todavía le quedaban ganas para la aventura. Fue instructor y empezó a practicar surf y paracaidismo. En 1996 murió a la edad de 89 años.